La vida puede ser magnífica durante los 365 días. Un orientador psicológico nos dice cómo lograrlo.
Adiós a la playa, a los paseos por la montaña, a la siesta, a las reuniones de amigos, a los asados, a trasnochar viendo series de Netflix, a no hacer sino lo que nos plazca… Para muchas personas, el final de las vacaciones –y acaban de concluir las de mitad de año– es una especie de pesadilla. Y la vuelta al día a día se ve como una larga y pesada condena…
Pero “¿dónde está escrito que el final de las vacaciones sea el inicio de una condena?”, se pregunta Pedro Palao Pons, escritor, orientador personal y corporativo y cabeza de The International School Of Coaching (Tisoc).
Para Palao, tendemos a idealizar las vacaciones y a pensar en el resto de año como una calamidad, pero, en realidad, las vacaciones no son tan perfectas ni el resto del año resulta tan horrible, porque disponemos de recursos para disfrutar de la vida durante los 365 días anuales.